La prisión de Bastoy
En este viaje colectivo encontramos como punto en común el interés por las historias de ciertas cárceles.
Una de ellas se encuentra en la Isla de Bastoy ubicada a 75 kilometros al Sur de Oslo en Noruega.
A diferencia de la mayoría de las prisiones que conocemos o imaginamos, la carcel de Bastoy es una prisión de mínima seguridad en la que los reclusos viven en casi total libertad.
La vida en la prisión
El día a día de los prisioneros transcurre sin rejas, salen a trabajar en talleres, aprenden oficios, cuidan animales en las granjas, pueden cultivar su propia comida en huertas y hasta pilotear el ferry que une a la isla con el continente. Por la mañana practican diferentes deportes como el tenis y la natación, particularidades que hacen de esta prisión un modelo de resocialización y de reinserción.
Geolocalización
Testimonios
Imágenes de la vida en la isla
Video realizado con la herramienta KIZOA
LA ISLA DE BASTOY
ResponderEliminarLa cárcel sin rejas cuyos presos viven mejor y reinciden menos
Los reclusos de la isla noruega de Bastoy hacen música y toman el sol. Al salir, su tasa de reincidencia roza el 16%.
Bastoy es una isla de apenas dos kilómetros cuadrados, perdida en un fiordo noruego, a 75 kilómetros del sur de Oslo. Para poder ingresar a la Isla, se debe hacer una solicitud donde se manifieste que están dispuestos a trabajar en su reinserción, solo se puede vivir máximo cinco años en la isla.
Los Prisioneros viven en cabañas, en grupos de 6 y laboran en talleres, aprenden oficios, atienden las granjas y reciben un sueldo por su trabajo con el que pueden comprar alimentos en el supermercado de la isla. La prisión es considerada un modelo de reinserción social. La tasa de reincidencia en los liberados de Bastoy es del 16 %, mientras que, en las prisiones británicas, por ejemplo, la tasa de reincidencia llega al 70 %
En Bastoy hay 115 presos, 35 guardias armados y sólo cuatro permanecen en la isla por la noche. El resto del personal se traslada en ferry a sus hogares en Oslo.
Bastoy es conocida como la “isla del diablo”, fue un reformatorio para jóvenes desde 1900 hasta 1970. Un lugar famoso por la brutalidad con la que se trataba a los residentes que vive hoy una transformación. Desde 1988 es una prisión de “mínima seguridad” y desde 2006 es lo que conocemos hoy.